La angustia como elemento en la llegada de un nuevo hermano
- La Casa de la Familia
- 31 mar
- 2 Min. de lectura
La llegada de un nuevo hermano a la familia no solo es emocionante, sino también trae consigo el desarrollo de la angustia frente a lo desconocido.

Autor: Ismael Soto
La llegada de un nuevo miembro a la familia suele ser uno de los eventos que más incertidumbre lleva consigo. En los padres, por el misterio de saber si podrán cumplir con el rol “adecuadamente”. Mientras que los hijos, podrían ver amenazado su lugar en el núcleo familiar. No obstante, algunos también podrían verlo como una oportunidad para el desarrollo de su individualización al dejar de percibirse como una extensión de los padres en esta búsqueda de sí mismos como un cuerpo independiente.
Primero, me gustaría comenzar hablando sobre los padres, biológicos o adoptantes, que se encuentran a la espera del nuevo miembro. Comenzamos el texto mencionando el misterio que conlleva la llegada de este nuevo hijo, y es que conocer de manera anticipada el nivel de adaptabilidad de este al núcleo establecido en el que ya existe uno o más hijos de por medio, es casi imposible de prever. Por tanto, esta situación sobre la que se ejerce poco control lleva a los padres a generar una o más imágenes mentales que ayudan a calmar esta angustia frente a lo desconocido.
Mientras que para los hermanos, que también se encuentran expectantes a esta llegada, pueden tener diferentes posturas frente a este suceso. Y es esta vivencia única de cada niño que ocurre a partir de factores como la edad, la calidad o cantidad de vínculos establecidos, entre otros, que ocurren diferentes fenómenos. Uno de los más comunes son los denominados celos, causados por una rivalidad fraterna que surge a partir del miedo a perder aquello que los padres brindan y que genera una satisfacción en el menor (Giesemann, 2025). A su vez, estos celos suelen estar acompañados de fantasías angustiantes sobre quién es el hijo favorito o quién recibe más afecto o atención por parte de los padres.
Sin embargo, sería demasiado pretencioso asumir que todos los niños vivencian la misma experiencia de angustia y conflicto frente a un nuevo hermano en la familia. Por ello toma mayor fuerza la importancia del acompañamiento a los infantes no solo en sus primeros años de vida, sino también en el desarrollo posterior de su mundo interno.
Referencia:
Giesemann, L. (2025) Hermanos en el inconsciente.
Comentários